Los mudras: La concepción

Los mudras son gestos de las manos aunque también se les conoce como yoga para las manos. Su nombre proviene del sánscrito y se refiere a mud = gozo y dra = producir, esto significa que son “productores de gozo”. Pero la palabra en sí, significa “concentración de energía” que utilizamos para un fin concreto. Un detalle que nos llama la atención es que en infinidad de ocasiones generamos mudras con nuestras manos sin darnos cuenta y son ésos mudras los más apropiados para ese momento concreto. image001-782833 Seguramente en este punto te estarás preguntando, y ¿cómo funcionan?. La respuesta es que en tus dedos se encuentran terminales nerviosas y el comienzo de algunos “meriadianos de acupuntura” (senderos de energía de cada uno de tus órganos), y al unir ciertos dedos haces circuitos electro magnéticos en tu cerebro. Además cuando decidimos usar los mudras ponemos toda nuestra atención y una intención determinada en ellos, porque cuando realizamos una postura tenemos en mente el objetivo que queremos alcanzar o el cambio que necesitamos realizar, por lo que podemos decir que son nuestras afirmaciones corporales.

Hoy vamos a hablar del mudra de la concepción. Cuando hacemos este mudra tenemos que recordar que estamos en comunión con el universo, que en el instante de la concepción está presente toda la energía de la creación para que la vida pueda manifestarse en la materia, y recordamos, que esta presencia es constante aquí y ahora y en todo momento. Le pedimos a esta energía del universo lo mejor para la circunstancia, la persona o personas objeto de nuestra meditación y acto amoroso. Le pedimos lo que tiene que ser, no lo que yo quiero que sea, no impongo mi voluntad personal, dejo que sea la voluntad divina la que actúe.

Cuando se aprende este mudra es muy fácil de practicar y resulta muy útil. Nos aporta una gran paz y nos recuerda que todo es perfecto, aunque no lo podamos entender. No necesitamos entenderlo. En ese momento dejamos de sufrir. Todo es perfecto, sólo existe la paz y la armonía.

Al hacer este mudra somos conscientes de que estamos en comunión-comunicación con el universo y somos conscientes de que somos luz y amor. Sirve para uno mismo como para cualquier persona, grupo o circunstancia. Podemos pedir lo mejor para aquellas personas que sabemos que sufren aunque no las conozcamos, en caso de accidente, guerras, incendios, terremotos, inundaciones, catástrofes, etc.

Lo primero que sentimos al hacer este mudra es una gran sensación de paz, nos sentimos serenos ante la circunstancia que hace un instante nos preocupaba. En esta actitud, de forma espontánea irradiamos armonía y serenidad hacia la circunstancia o la persona o personas que antes nos hacía sufrir; desde la serenidad y la armonía comprendemos las cosas de forma diferente y podemos ayudar a los demás, incluso con nuestro pensamiento sereno y armónico sin que llegue a ser necesaria la acción.

Se le llama “mudra de la concepción” porque tocamos el punto reflejo del instante de la concepción, que es la primera articulación del dedo pulgar.

Lo tocamos con el dedo corazón, y además de recordar que toda la energía de la concepción está presente aquí y ahora, estamos integrando el dedo pulgar que tiene relación directa con la mente, con el dedo corazón, que tiene relación directa con el corazón. Estamos integrando corazón y mente, creando la unidad en nosotros mismos y por resonancia en el entorno. Como siempre ha sido y como siempre ha de ser. Recordamos también que la concepción sigue siendo en cada instante, con cada pensamiento, con cada palabra, con cada acción. Ahora, desde esta actitud, la concepción es consciente, desde la luz y el amor, y el resultado es armonía, paz y serenidad. Empezamos a concebir un mundo de paz, de unidad, de amor y de fraternidad. mudra concepcion Posición de las manos: TOCAR CON LA YEMA DEL DEDO CORAZÓN DE CADA MANO LA PRIMERA ARTICULACIÓN DEL DEDO PULGAR DE LA OTRA MANO, EN AMBAS MANOS A LA VEZ.

Comparta sus opiniones

error: Contenido protegido.