Guerrero espiritual vs Sirviente
A cada chakra le corresponde su propio arquetipo y hoy vamos a hablar de los que corresponden al tercero, situado en el plexo solar. Como ya recordaréis, este tercer chakra representa la confianza, la valoración personal, la autoestima y la capacidad para tomar nuestras propias decisiones. Pues bien, los arquetipos asociados a este chakra que representan nuestra capacidad para demostrar nuestro poder personal son el Guerrero espiritual y el Sirviente.
El arquetipo personal del Guerrero tiene un fuerte vínculo con el sentido de la identidad personal y exige respeto y un tratamiento positivo. Se mantiene firme ante el miedo y el Guerrero es un gran defensor de la justicia y la seguridad. Sabe quién es y no renuncia a sus principios cuando se encuentra en medio del cambio. Es interiormente fuerte y posee generosidad de espíritu, independientemente de lo que se diga o se haga, acepta la realidad y el conflicto, considerándolos una vía hacia la fortaleza
Entre todas las cualidades que posee, la que más se destaca a la hora de afrontar un cambio es su sólida identidad. Tienen un sentido bien definido de sí mismos y su ego está intacto, atraen experiencias y personas que las valoran y las fortalecen. Esto es muy importante porque les convierte en personas capaces de gobernar su propia energía en épocas de crisis y de cambios. No permitirán que ninguna persona ni situación agote sus recursos.
El plexo solar es el centro en el cual son importantes la individualidad, la flexibilidad del ego y la identificación. Sin estas cualidades, trastabillamos en el mundo y nos convertimos en personas susceptibles de ser manipuladas, explotadas y maltratadas. Al vivir sin la obligación de comprometerse con la vida ni de negociar para el propio provecho, tendremos un plexo solar debilitado, haciendo todo lo que nos piden sin decidir si es conveniente o no para nosotros. Caemos así en el arquetipo del Sirviente, cada vez que perdemos la conexión con nuestra identidad personal. Más aún, si no sabemos quiénes somos no hay posibilidad de crecer ni madurar.
Sin un sentido correctamente desarrollado de la identidad personal, que nos permita afirmar lo que valemos, podemos depender excesivamente de las experiencias externas y de otras personas. Podemos buscar la valoración de los demás para sentirnos importantes y valiosos y de este modo no conseguiremos desarrollar una conciencia interna de quiénes somos y cuál es nuestra valía.
Aquellos cuyo plexo solar no funciona adecuadamente son personas egoístas, rencorosas y resentidas con cualquiera que ocupe su lugar. Logran que cualquier acontecimiento creativo se torne en una situación difícil al minar el poder de los que están a cargo del mismo, porque desean ser el foco de atención. Este arquetipo del Sirviente ha vivido a la sombra de los demás durante tanto tiempo que está seducido por el poder y por convertirse en algo especial.
Este chakra junto con los dos inferiores representan el reino del inconsciente. El diafragma del cuerpo es como la superficie de la tierra, y sobre él, el chakra del corazón es el principio de la consciencia.
Sin un tercer chakra fuerte tendrás muchas ideas y buenas intenciones pero no darán frutos, no serán realizadas. Con un tercer chakra fuerte, hasta tus más mínimas intenciones crearán la acción y moverán los éteres.
Las cualidades asociadas con el tercer chakra son muy apreciadas en nuestra cultura. Admiramos a aquél que va tras sus metas, al que inicia proyectos, al emprendedor, al que corre riesgos, al que levanta la mano primero y toma el riesgo de aceptar una tarea sin importar la seguridad y certeza de sus resultados.